Hola a todo aquel que se tome su tiempo para pasar por este humilde rincón. En este blog, se publicarán mis fics, esos que tanto me han costado de escribir, y que tanto amo. Alguno de estos escritos, contiene escenas para mayores de 18 años, y para que no haya malentendidos ni reclamos, serán señaladas. En este blog, también colaboran otras maravillosas escritoras, que tiene mucho talento: Lap, Arancha, Yas, Mari, Flawer Cullen, Silvia y AnaLau. La mayoría de los nombres de los fics que encontraras en este blog, son propiedad de S.Meyer. Si quieres formar parte de este blog, publicando y compartiendo tu arte, envía lo que quieras a maria_213s@hotmail.com

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jueves, 10 de febrero de 2011

Fantasía Prohibida * Capítulo 9

Adaptación-----Lemmon




CAPÍTULO 9

Bella deslizó los dedos con ansia por el abdomen de Edward, provocándole un estremecimiento que le recorrió el vientre, la espalda y la polla. Gimió. Estaba realmente convencido de que se le había ido toda la sangre del cerebro para instalarse directamente en su pene.


Se bajó torpemente la cremallera para poder liberar su erección y se sumergió en las agradables sensaciones que le provocaban las manos de Bella.

Edward se encontraba completamente dominado por el deseo, pero aun en con su sentido común empañado por la excitación intentó pensar en una manera de detener aquello.

Con manos temblorosas consiguió bajarse los pantalones hasta las rodillas y cubrió a Bella con un beso devorador. La chica lo recibió con los brazos abiertos, rodeándole el cuello y acariciando sus hombros.

Una voz alarmante gritó en su cabeza <>.

Edward interrumpió el beso y gimió al sentir los labios de Bella abrirse paso en su cuello.

De alguna forma, consiguió bajar las manos y apretar su pene contra sus húmedos y cálidos pliegues. Bella estaba tan mojada y caliente que Edward sintió que podía explotar en llamas.

-Detenme – dijo Edward con voz ronca.

Bella sonrió y le abrazó las caderas con las piernas en respuesta.

Edward empezó a sudar, y sin poder evitarlo comenzó a frotar su longitud contra el clítoris de Bella. Esta jadeó, y Edward luchó contra la visión de Bella rodeándole con las piernas y arañándole la espalda mientras la penetraba salvajemente.

¿Qué diablos le pasaba? En doce años no se había sentido tentado a follar con una mujer a solas y mucho menos en su sexo y sin protección, y sin embargo ahí estaba él a punto de follarse a Bella y con el condón a medio metro, sin la fuerza de voluntad suficiente para poder apartarse de la chica y coger el preservativo.

Apretó los dientes y retrocedió para coger el condón. Mientras se lo ponía mantenía la mirada fija en la chica. Debería tener miedo, pero no lo tenía. Edward le levantó las caderas y le echó las piernas hacia atrás. Desde esa posición pudo recorrer con la mirada todo su cuerpo.

-¿Edward? – dijo Emmett desde la puerta como preguntando que pensaba hacer.

Edward volvió la mirada a su primo con los ojos enfebrecidos. Bella sería suya, le pertenecería para siempre.

-Emmett, yo me he ofrecido – aclaró Bella suavemente – Le he pedido que me haga el amor. Quiero que él sea el primero.

Emmett sonrió mientras entraba a la sala, se sentó en el sofá y le cogió la mano a Bella.

-Un precioso regalo. Edward se siente muy honrado y excitado.

-No he aceptado.

Emmett arqueó una ceja mirando la postura en la que se encontraban, la manera en que Bella se abría dándole la bienvenida a Edward.

Edward soltó un suspiro tembloroso. Un fiero deseo le recorrió las entrañas. Intentando desterrar todas las voces, miedos y dudas de su cabeza agarró su polla con su mano y se acercó más, cerrando los ojos.

En tan solo 10 segundos Bella sería suya. edward vaciló, tragando saliva. ¿Qué pasaría una vez que la hubiese tomado? Y sí… no, no quería pensarlo.

-Maldita sea – gruñó.

Volvió a colocarla en la posición anterior, subiéndole las piernas hasta que descansaron en sus hombros, se ubicó y comenzó a empujar…

En su ano.

Bella soltó un grito ahogado y agrandó sus ojos con sorpresa.

-¿Edward?

-¿Qué diablos haces? - gritó Emmett.

Edward apenas podría pronuncias palabra. Cada vez estaba más tenso. Sus músculos temblaban y la sensación de ser envuelto por la carne de Bella lo abrumaba.

-Estoy follándola por el culo. Estoy salvándole la vida.

Emmett lo miró como si quisiera golpearlo. Si aquello se sentía tan podidamente bien no podía imaginar como se sentiría si penetrara su sexo.

-¡Edward! – gritó Bella.

-Casi estoy dentro.

Edward se contuvo el deseo de bombear en ella una y otra vez a un ritmo infernal.

Ella respiraba de forma entrecortada.

-Detente. Por favor. No puedo tomar más.

-Por favor, por favor, gatita. ¡Oh, Dios! – se moriría si no podía hundirse por completo en ella.

Bella cerró los ojos haciendo una mueca, lo que le instó a retirarse un poco. Antes de retirarse del todo ella le cogió por los hombros y bajó sus piernas, arqueándose un poco. Incapaz de resistirse por más tiempo, Edward empujó con fuerza, deslizándose en un solo movimiento con un gemido largo y ronco.

-Gatita, si. Ya está. Tómame. Toma todo lo que tengo para ti.

Bella echó la cabeza hacia atrás y Edward empezó a marcar un ritmo suave, dándose cuenta en seguida que poseerla era una de las mejores experiencias de su vida.

Bella empezó a juguetear con sus pezones y murmuró:

-Te siento en mi interior, tan duro. Sí. Oh… es como si fueras a romperme en dos. Pero ese dolor es… guau – Bella jadeó cuando él comenzó a embestirla violentamente -. Me haces sentir viva.

Esas simples palabras hicieron que él perdiese el control. Edward volvió a bombear en ella como un salvaje.

El deseo de correrse comenzó a vibrarle en los testículos. Santo Dios, el jamás había llegado al clímax con tanta rapidez. Podía aguantar 20 minutos o más, pero con Bella podía sentir el final después de tan solo tres minutos.

-Edward – imploró ella-, ponte de rodillas. Necesito sentir tus caricias…

Edward escuchaba sus palabras pero no podía asimilarlas.

-Por favor – imploró de nuevo.

–Retírate y ponte de rodillas – ordenó Emmett-. Arrodíllate y levanta sus caderas hacia ti.

Por fin pudo cambiar de posición, pero sin negó a perder el contacto.

-Emmett – Bella lo miró, cogiéndose los pezones y tirando de ellos.

Esta acción condujo a Edward más cerca del clímax, sintiéndose cada vez más necesitado.

Emmett se deslizó al lado de Bella y ahuecó sus pechos con la palma de la mano. Edward deseó inlcinarse y succionarlos, pero no podía hacerlo si quería seguir poseyéndola. Y no sólo quería sino que tenía que seguir haciéndolo. Bella era realmente adictiva. Y la próxima vez que se ofreciera, la poseería sin mediar palabra, sin vacilar. Penetraría sus dulces pliegues y la reclamaría para él.

Emmett se inclinó y succionó un pezón, y luego el otro, al mismo tiempo que bajaba una mano para masajear la dura protuberancia de su clítoris. Tras mover su mano suavemente en círculos durante un rato le hundió un par de dedos en la vagina.

-¡Sí! – gritó Bella.

Al instante Edward sintió como se apretaba en torno a él, latiendo pausadamente. Mierda, no iba a poder contenerse durante mucho más tiempo.

–Ahora, Edward. ¡Ahora! ¡Fóllame!

Edward le clavó los dedos en las caderas y arremetió contra ella una y otra vez. Su polla se estremeció. Bella gimió y se contorsionó, alcanzando su orgasmo. Edward rugió y se sumergió en ella una última vez alcanzando el suyo. Vio todo blanco, y la cara ruborizada de Bella, que gritaba extasiada.

A Edward le pareció que la eyaculación le duraba eternamente, multiplicando su placer hasta el infinito. Nunca había sido así. Se sentía como si flotara y lo último en que pensaba era en separarse de ella.

Pero la realidad le golpeó rapidamente.

Edward se retiró y en el momento en que lo hizo sintió un vacío en su interior, instándole a penetrarla de nuevo, a hundirse en su cuerpo y no salir jamás. Bella era todo lo que necesitaba. Y oía una voz interior ordenándole que la tomara, la reclamara para él y se la quedara.

Pero ya había vivido las consecuencias de un acto así. Y todavía tenía pesadillas por ello.

Edward se quitó el condón y cometió el error de mirar a la chica a la cara.

Bella sonrió levemente, encogiéndole el corazón. Definitivamente él no estaba bien, pero Bella había estremecido su mundo.

Ahora que había estado dentro de ella no podría resistirse a la tentación de adueñarse de su sexo. Y eso sería un error.

Probablemente ella pensaba que podría curarle. Y eso era imposible, además Edward no estaba preparado para proporcionarle el final feliz que ella se merecía.

Edward se levantó y se colocó rápidamente los pantalones para asegurarse que no cometería ninguna estupidez. Miró a su primo.

-Bella es una tigresa, capaz de satisfacer a dos hombres sin despeinarse. ¿Quién podría haber imaginado que bajo su virginal apariencia se encontraría una mujer tan apasionada?

Bella lo miró como si le hubiera salido un tercer ojo y Emmett frunció el ceño.

-Vigila tus palabras.

Por supuesto que lo haría. Usaría las más crueles de su repertorio para que Bella no se quedara allí. No podía quedarse si quería seguir siendo virgen.

–No es mi intención ofenderte Bella. Te agradezco que me ofrecieras tu virginidad pero deberías reservarte para alguien a quien de veras le importes. Como sabes, no eres exactamente mi tipo.

Bella parpadeó.

-Dijiste que me deseabas. Que me deseabas mucho.

Edward se encongió de hombros.

-Si, pero ya he saciado mi deseo. He estado en tu boca, en tu culo. Te he comido el coño, te lo he penetrado con los dedos. Puedo vivir sin follarlo.

Mentira.

Bella recogió sus ropas con una dolorosa mirada y se cubrió para evitar que los dos hombres la viesen. Su tormentosa expresión causó un agujero en el pecho a Edward, pero ella tenía que salir de allí.

-Sé que te dijimos que te quedaras dos semanas, pero ya estas preparada para cualquier cosa que quiera hacer Jacob contigo. Puedes quedarte si quieres para perfeccionar tus mamadas o para que te dilatemos más el culo, pero si no, no entiendo por qué deberías quedarte más tiempo.

-¿Porque es hermosa y especial, y no otro simple cuerpo caliente? – gruñó Emmett.

Edward los miró con frialdad.

-Claro, por supuesto. Solo pensé que ya habíamos conseguido nuestro propósito, y que el sentimiento era mutuo.

-¿Mutuo? – Bella se quedó boquiabierta - ¡Si acabo de ofrecerte mi virginidad! Y dijiste que penetrar en mi sería como estar en el cielo.

-Algo que solo demuestra tu inocencia. Cualquier tio con una erección como la que yo tenía hubiera dicho eso – Edward se encogió de hombros – Supongo que consideras tu virginidad como un premio gordo, y estoy seguro de que Jacob lo considerará así. A mi no me gusta desvirgar a nadie, es sucio y siempre hay dolor. Las vírgenes no hacen más que quejarse y luego no suelen querer repetir, así que tienes que conformarte con su boca o su culo, hasta que también se quejan de eso…

-¡Cierra esa puta boca! – Emmett le agarró del brazo y se lo apretó. Parecía a punto de darle un puñetazo, y Edward lo acogería de buen grado, porque sabía que se lo merecía.

Se soltó del agarre de su primo y se volvió hacia Bella, que se colocaba la ropa de manera violenta.

-¿Es eso todo lo que soy para ti?¿Cuando me miras solo ves a una virgen?

-Ahora mismo si. Ya te he poseído las demás partes. ¿Qué mas me queda?

Bella cerró los puños.

-¿Qué ha pasado con eso de que lo importa en una mujer es como reacciona ante un hombre cuando está excitada?

El alzó la mano para acariciarla y no se sorprendió cuando ella se echó atrás.

-Bella, me excitas. Pero sabes que eres demasiado inocente para mi.

-Dices eso como si fuera algo malo.

-Me gustan las mujeres más provocativas. Hace tiempo que voy a tras una stripper, Emmett puede decirtelo. Una mujer muy sexy…

-Y tu no estás interesado en enseñarme nada mas?

-Ya lo sabes Bella, ¿qué mas necesitas saber?

Bella soltó un suspiro cuando se dio cuenta de porque Edward hacía esto.

-Estás intentando ahuyentarme porque te da miedo mi virginidad.

-¿Por qué? No me va a morder.

-Me refiero a las emociones que te provoca- escupió ella - ¿He acertado?

-Tienes razón cariño. Es un burro y sería mejor para todos que se cayera de una vez.- dijo Emmett al mismo tiempo que le pasaba el brazo por los hombros.

-Escuchad. Estoy siendo sincero y lo sabes Emmett, o acaso no era to el que iba detrás de Rosalie antes de que viniera Bella. – Emmett rió.

-Edward, a Rosalie no le gustas. Admítelo. Y a mi no me gusta ella.

-Bien. Contigo fuera de juego Rosalie se fijará en mi – Bella lo miró desolada- He oído que tiene el sexo rasurado, ¿te imaginas?

Bella aguantó las lágrimas que estaban por derramarse. Se acercó a él y sin decir palabra le abofeteó.

-Eres un gilipollas. Desearía no haber venido nunca aquí. Y encima de gilipollas eres un cobarde, porque no eres capaz de permitir que se vean tus verdaderos sentimientos. Si sigues así acabarás estando solo el resto de tu vida, porque algún día Emmett conocerá a una buena mujer con la que se quedará y tu te pudrirás solo. Espero que disfrutes de tu sufrimiento, porque te lo habrás merecido con creces.

Se dio la vuelta y se marchó.

Lo había conseguido. La había ahuyentado. Y se sentía como el ser más miserable.

-Bella, cariño – gritó Emmett mientras corría tras ella. Pero ella no se detuvo hasta que no salió por la puerta dando un portazo.

-Estúpido hijo de puta – gruñó Emmett – Espero que este satisfecho.

-No, pero es lo mejor – contestó rudamente.

-No para mí, desde luego. Bella es lo mejor que nos ha pasado y tu lo has jodido todo, y todo porque la quieres y no te quieres arriesgar a descubrir a otra Tanya. Bella tiene razón, eres un cobarde.

Emmett salió enfurecido y Edward no pudo hacer otra cosa que dejarse caer en el sofá con la cabeza entre las manos. Tenían razón ambos. Era un cobarde. Y Bella le asustaba mas que los miles de peligros a que se había expuesto en su trabajo.

Desde la sala escuchó como Emmett intentaba convencer a Bella para que se quedara, y como ella rehusaba con la voz rota.

Las lágrimas presentes en su voz le estrujaron las entrañas a Edward. Se dirigió a la esquina de la puerta para escuchar a escondidas.

-No te vayas.

-Explícame por qué hace esto. ¿Por qué me presiona? ¿Qué le pasa?

Edward se tensó. Emmett podría estar a punto de revelar su secreto.

-Lo siento Bella, eso le corresponde a Edward decírtelo.

-Entonces no puedo quedarme. – Emmett la agarró del brazo.

-Bella no te vayas. Por favor. Quédate conmigo.

-Edward no me quiere aquí. Ha sido evidente desde el principio, y no debería haberle impuesto mi presencia.- Bella le acarició la mejilla y después se la besó. – Gracias por todo lo que has hecho. Creo que sé lo suficiente para complacer a Jacob, y ese era el objetivo.

-Bella te mereces algo mejor que Jacob. No tiene buena reputación. Estoy preocupado por ti y quiero…

Bella lo interrumpió con un beso. Edward sintió pena y dolor al observarlos.

-Emmett tengo que irme. A mi también me importas, pero no puedo quedarme. Me hace demasiado daño.

Maldición. Intentaba evitar hacerle daño y era justo lo único que había conseguido.

Bella se fue tras darle un vistazo rápido a la casa y entonces a Edward le fallaron las piernas y tuvo que apoyarse contra la pared.

Ya no volvería a besarla, a tocarla, dolía y mucho.

Emmett maldijo con una palabrota que Edward dudaba que su primo hubiese dicho alguna otra vez en su vida.

Estaba en problemas. Emmett tenía derecho a estar enfadado y Bella tenía derecho a odiarle.

Pero no podría odiarle más de lo que se odiaba a si mismo.

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4 comentarios:

  1. Gracias por subirlo tan pronto!!! aunque Edward merece una buena tanda de golpes por estúpido, pero ojala y se arrepienta a tiempo o de lo contrario va a llorar por siempre.
    Ah!! ya le llame a los vulturis y cancele el pedido, asi que estate tranquila.
    Cuidate mucho y nos leemos siempre...
    http://miangelpersonal.blogspot.com/

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  2. Vaya joya de hombre este Edward...grrrrrrrrr. Emmett es lo mejor y Bella una todoterreno ;-)
    Un besazo
    T.

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  3. por dios k historia, k vidad y k personajes,
    me encanta ese trio k forman, bella la dulce y
    tierna mujer, emmett el seguro, romantico y
    apasionado y edward el salvaje, sexy y encantador hombre............
    en definitiva espero con ansias y deseo el prox.
    capitulo

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  4. Fantastico en verdad fascinante pero la reaccion mala de Edward hacia Bella le va a costar....Sigue asi...Besos...

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Graciias por dejar tus palabras, estas hacen que quiera seguir escribiendo, y que cada día le ponga más ganas!!

Gracias al blog smilersheart.blogspot.com
por esta firma :)
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